Botox y cirugía maxilofacial: no sólo arrugas (1). Hipertrofia de maseteros
El público general asocia el uso de la toxina botulínica (Botox, el producto más conocido…) con técnicas no invasivas para solucionar el envejecimiento facial, especialmente las arrugas de expresión del tercio superior de la cara. No obstante, este producto ha demostrado su utilidad en diversos procedimientos que realizamos en el territorio maxilofacial.
Uno de ellos es la resolución de la hipertrofia de los músculos maseteros. Este músculo se encuentra en la parte lateral de la cara y se extiende entre el arco cigomático y la mandíbula. Algunos pacientes pueden desarrollar un aumento de volumen severo, que puede afectar a uno o ambos lados de la cara, dando un aspecto de asimetría o de cara cuadrada. Se trata de un problema muy frecuente en Corea (de hecho es unos de los principales procedimientos de cirugía estética en ese país).
Una de las opciones de tratamiento de la hipertrofia de maseteros es la infiltración con Botox. La técnica se hace en consultas, no precisa anestesia y consiste en la infiltración de la toxina en el interior del músculo masetero, distribuyéndola en las zona de mayor volumen del mismo. La infiltración se repite nuevamente trascurridos unos meses, y los estudios con RM demuestran una reducción significativa del volumen del músculo.
Consúltenos, si busca una solución sin cirugía a este problema.