La ATM y el pensamiento único
El manejo de los problemas funcionales de la articulación temporomandibular (ATM) . es uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser el tratamiento multidiscisplinario de una enfermedad. Un trastorno de alta prevalencia y cuyo manejo precisa del concurso de odontólogos con experiencia en oclusión, fisioterapeutas, rehabilitadores, cirujanos maxilofaciales , ortodoncistas y psiquiatras.
Sin embargo, parece que a veces prima más los conocimientos propios, y el forzar las indicaciones en un sentido que favorece la propia práctica, que una atención real a las necesidades del paciente. Ni todos los casos se deben tratar con férula, ni la cirugía es en la mayor parte de casos la primera opción. Tampoco se deben intentar tratamientos conservadores largos y «heroicos» , cuando existen otras modalidades «mínimamente invasivas» que pueden ofrecer resultados igual de buenos. En ocasiones, la ignorancia de las posibilidades de los tratamientos que ofrecen otros especialistas, y a veces la arrogancia de creer que el tratamiento que uno ofrece es la única posibilidad realista, hacen que los pacientes no reciban el mejor tratamiento disponible.
Debemos aprender a tener una relación con el paciente en la que podamos contestar a estas preguntas: ¿que tiene el paciente? ¿que quiere el paciente? ¿que alternativas tiene el tratamiento? y finalmente ¿que acepta el paciente?. De esta forma estamos estableciendo una relación «horizontal» con el paciente, en la que le permitimos decidir de una forma informada entre las diferentes opciones disponibles, y no le estamos imponiendo de una forma «vertical» y paternalista lo que nosotros creemos que es lo mejor.